En el Antiguo Testamento (Pacto) se establecían diversos tipos de sacrificios, en general, suponía que el que hacia la ofrenda, tenia conciencia de que la muerte a causa del pecado estaba sobre él, por ello había que ofrendar el sacrificio para que le fuera aceptado de parte de Dios. La sangre del sacrificio debía ser rociada, porque representaba la vida misma (Lv.17:11).
Lev 17:11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.
Heb 9:13 Es cierto que la sangre de los chivos y de los toros, y las cenizas de la becerra se esparcían sobre los que no estaban limpios y los limpiaba por fuera.
Heb 9:14 ¡Pero LA SANGRE DE CRISTO puede hacer muchísimo más! Se ofreció a Dios como un sacrificio perfecto por el Espíritu eterno. Su sangre purifica nuestra conciencia del mal que hemos hecho para que así podamos adorar al Dios viviente.
Hebreos 9:13-14.(PDT- Palabra de Dios para Todos)
Jesucristo, como el “CORDERO DE DIOS” que quita el pecado del mundo (Jn. 1:29), se presentó como el sacrificio perfecto y su sangre, a diferencia del antiguo pacto (o antiguo testamento), no cubre sino limpia completamente todo pecado. Por ello el hombre perdido y sin esperanza puede ser salvo por medio de la sangre, que fue derramada en la cruz del Calvario por el Cordero de Dios, Cristo Jesús. La Biblia declara que el cristiano es elegido por Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre.
1Pe 1:2 Según el plan de Dios, él los escogió de antemano. También por medio del Espíritu los purifica para que lo obedezcan y queden limpios con la sangre de Jesucristo. Reciban de Dios generoso amor y paz.
1Pe 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos tuvo gran compasión y nos hizo nacer de nuevo por medio de la resurrección de Jesucristo. Así nos dio la plena esperanza (1 P. 1:2-3-PDT)
A pesar de que usted conoce a Cristo, tal vez todavía esté procurando presentarse delante de Dios como una persona buena. Pero las normas y ceremonias nunca han podido limpiar el corazón de nadie. Mediante la sangre de Jesucristo:
1.- NOS REDIME; esto es liberarnos mediante el pago de un precio de rescate, por eso la obra de Jesucristo redimió a los hombres de toda iniquidad (Tit. 2:14), Él nos rescató de la vana manera de vivir que se heredó de los padres (1 P. 1:18), de la esclavitud de la tradición, y el único pago de rescate fue la preciosa sangre de Jesucristo.
Tit 2:14 pues él se entregó a la muerte por nosotros para liberarnos de toda maldad y limpiarnos de todo pecado. También lo hizo para que seamos su propio pueblo, ocupado siempre en hacer buenas obras.
2.- QUITA EL PECADO. En el Nuevo Testamento se enseña que la sangre de los toros y de los chivos no pueden quitar los pecados (He. 10:4), sino que sólo la Sangre de Cristo, quien realizó una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados (He. 10:12) de toda la humanidad (1ª. Jn. 2:2). La sangre de Cristo quita el pecado, porque en Él no hay pecado. (1 Jn. 3:5).
Cristo llevó nuestros pecados sobre su hombro, los tomó para que ya no los cargara el creyente.
Heb 10:12 Pero Cristo ofreció un solo sacrificio por los pecados, que es suficiente para todos los tiempos. Luego, se sentó a la derecha de Dios.
1Jo 2:2 Él sacrificó su vida para quitar nuestros pecados y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo.
3.- LIMPIA LA CONCIENCIA , Hebreos 9:13-14. La sangre de Cristo limpia la conciencia de obras muertas, lo cual permite al creyente servirle a Dios, Siendo suficiente para limpiar el pensamiento del creyente, fortaleciéndole la conciencia para que distinga claramente (1 Co. 8:7), entre lo que proviene de Dios y no dejarse influenciar por lo que proviene del enemigo y del mundo y de los deseos pecaminosos.
Heb 9:13 De acuerdo con la religión judía, las personas que están impuras no pueden rendirle culto a Dios. Pero serán consideradas puras si se les rocía la sangre de chivos y toros, y las cenizas de una becerra sacrificada. 14 Y si todo eso tiene poder, más poder tiene la sangre de Cristo. Pues por medio del Espíritu que vive para siempre, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio sin mancha ni pecado. Su sangre nos purifica para que estemos seguros de que hemos sido perdonados, y para que podamos servir a Dios, que vive para siempre. (Hebreos 9:13-14 NVI).
4.- NOS ACERCA A DIOS, Efesios 2:13. La Biblia dice que en otro tiempo, el hombre anduvo lejos de Dios,
desobediente (Ro. 11:30), y aun muchos andan lejos de Él, sin embargo, a través de la sangre de Cristo podemos acercarnos a Dios. La sangre de Cristo cambia el corazón para acercarnos a Él.
5.- HAY ENTRADA AL LUGAR SANTÍSIMO, Hebreos 10:19. El lugar Santísimo era el lugar del Tabernáculo construido por Moisés, en donde estaba el Arca del Pacto, que representa la presencia de Dios; pero ahora por la Sangre de Cristo tenemos entrada al verdadero Lugar Santísimo, para conocer al Señor más de cerca y gozarnos en Él.
Heb 10:19 Entonces, hermanos, podemos entrar con toda libertad al Lugar Santísimo gracias a la sangre que Jesús derramó.
Heb 10:20 Jesús abrió un camino nuevo para nosotros a través de la cortina. Él mismo es ese camino nuevo y vivo. Es decir, lo abrió ofreciendo su propio cuerpo como sacrificio. (Hebreos 10:19-20-PDT)
6.- NOS SANTIFICA, Hebreos 10:10. La sangre de Cristo sobre la vida del creyente santifica y regenera, por ello no debemos menospreciarla, ni tenerla en poco, ya que Dios castigará a aquel que la tenga por inmunda (He. 10:29).
Heb 10:29 ¡Imagínense entonces el terrible castigo que recibirán los que desprecian al Hijo de Dios y dicen que su muerte no sirve para nada! Porque al hacer eso insultan al Espíritu del Dios que los ama. También desprecian la muerte de Cristo, la cual les asegura el cumplimiento del pacto y les ha conseguido el perdón de sus pecados. (Heb 10:29-BLS)
NOS HACE APTOS, Hebreos 13:20-21. La sangre de Cristo hace apto al creyente para hacer Su Voluntad, quitando o agregando aspectos en su vida que le permitirán crecer y ser edificado.
Heb 13:20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,
Heb 13:21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Con estos beneficios se entiende el gran amor de Dios para con todos (Jn. 3:16), ya que Cristo vino a reconciliar todas las cosas “de las que están en los cielos como las que están en la tierra (Ef. 3:10-11; Col. 1:20; He. 9:23-24).
Joh 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Eph 3:10 para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,
Eph 3:11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,
Col 1:20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Heb 9:23 Estas eran copias de las realidades que están en el cielo y tenían que limpiarse con sacrificios de animales, pero las realidades del cielo exigen mejores sacrificios.
Heb 9:24 Pero Cristo no entró al Lugar Santísimo hecho por los hombres, sólo copia del verdadero, sino al cielo y está presente allí, delante de Dios, para pedir a nuestro favor.
Heb 9:25 Cristo se ofreció a sí mismo, pero no muchas veces como lo hace el sumo sacerdote aquí en la tierra. El sumo sacerdote entra al Lugar Santísimo una vez al año para ofrecer sangre ajena.
Heb 9:26 Si fuera así con Cristo, habría tenido que sacrificarse muchas veces desde que se creó el mundo, pero él vino en estos últimos tiempos y se ofreció de una vez por todas, sacrificándose a sí mismo para acabar así con el pecado.
Si usted lleva sobre sí un peso de culpa porque no puede llegar a ser lo bastante bueno delante de Dios, dé una nueva mirada a la muerte y resurrección de Jesucristo y piense en lo que esto significa. Cristo puede sanar su conciencia y librarlo de toda frustración.
Mediante la sangre de los animales sacrificados, Dios consideraba la fe y la obediencia del pueblo, y limpiaba su pecado haciéndolos aceptables ceremonialmente conforme al Antiguo Testamento. Pero el sacrificio de Cristo transforma nuestra vida y nuestro corazón, y nos limpia interiormente o sea por dentro. Su sacrificio es infinitamente más eficaz que el sacrificio de los animales. Ninguna barrera de pecado ni de debilidad de nuestra parte puede impedir el perdón de Dios.
Debemos saber y tener presente que la sangre de Cristo fue derramada una sola vez, para salvación y nos purifica perfeccionándonos hasta el día en que todo sea perfecto. DIOS LOS BENDIGA…
Ausencio Luna Caraballo
a_luna_caraballo@hotmail.com
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